10 de julio, Día de Tesla
Con Urano en Tauro, durante siete años, se planteará el asunto sumamente delicado de la influencia de las ondas electromagnéticas sobre el cuerpo humano. Una gran oportunidad para la medicina y quizás también para la astrología.
Asunto delicado y, además, enrevesado. Nadie entiende nada sobre la electricidad; nadie es capaz de explicar el funcionamiento del motor de un minipimer, ya no digamos de un microondas. ¿Cómo van a entender y aceptar, en estas condiciones, la influencia de los cuerpos celestes sobre nuestros propios cuerpos, ideas y sueños? Otro fracaso del sistema educativo.
El tránsito de Urano por Tauro se acabará el año 2032 en una conjunción con Saturno. Cabe suponer que para entonces quienes hayan sobrevivido al diluvio electromagnético ya habrán sentado la cabeza y apagado sus dispositivos. Escarmentados.
Mientras tanto, Urano impartirá su magisterio: enfermedades que se declararán de forma repentina (sobre todo cardiopatías), enfermedades nerviosas (esquizofrenia en sus infinitas variantes), accidentes graves de cualquier clase. Etcétera.
El próximo 10 de julio se celebra el "Día de Tesla" para conmemorar el nacimiento en 1856, con Urano en Tauro, del inventor e ingeniero eléctrico Nikola Tesla.
Tesla, pensador prolífico, teorizó la influencia de la electricidad en el cerebro. En 1912, elaboró un plan para "iluminar a los estudiantes aburridos" (sic) cableando las paredes de un aula y saturándola con ondas de alta frecuencia.
Un siglo más tarde Steve Jobs, gracias al smartphone, ponía esa iluminación al alcance de toda la humanidad aburrida. Con las consecuencia que ya conocemos.